En un cierre soñado, Julieta Jankunas recibió un pase en el área cuando el reloj marcaba los últimos segundos y, con un preciso revés, estampó el 3-0 definitivo. Ese tanto selló la victoria ante Estados Unidos y extendió la hegemonía de Las Leonas en la Copa Panamericana, alzando su séptimo título consecutivo en la competencia.

Desde los primeros instantes, Argentina dejó en claro su superioridad. A los cinco minutos, Agustina Gorzelany rompió el cero con un córner corto bien ejecutado. La presión alta y el ritmo impuesto por el equipo generaron varias chances claras, aunque recién en el tercer cuarto llegó el segundo gol.

Tras recuperar en zona ofensiva, Jankunas se metió en el área y asistió a Eugenia Trinchinetti, quien tocó sutilmente la bocha para estirar la ventaja. El dominio argentino se mantuvo durante todo el encuentro, con Estados Unidos intentando sin éxito. En una de sus pocas llegadas, la arquera Cristina Cosentino intervino con seguridad para mantener el arco invicto.

El cierre fue tan sólido como el comienzo. El tercer tanto de Jankunas reflejó no solo el nivel de juego, sino también la actitud ganadora del equipo. Durante todo el certamen, Las Leonas no encajaron goles y mostraron una defensa impenetrable. Gorzelany, además, fue la máxima artillera del torneo con 10 conquistas.

También ellos arrasaron

Del otro lado, Los Leones mostraron una versión demoledora. En solo cinco partidos marcaron 47 goles y solo recibieron uno. La consagración llegó con una goleada histórica por 10-0 ante Estados Unidos en la final, un resultado que selló el título y garantizó su lugar en el Mundial 2026 en Países Bajos y Bélgica.

Con esta doble conquista, los seleccionados argentinos confirmaron su jerarquía continental. El triunfo ante Estados Unidos en ambas finales no solo sumó nuevos trofeos, sino que dejó una marca imborrable del trabajo, talento y ambición que define a los equipos nacionales.